que no sea demasiado corto el rato,

dos o tres horas

tienen que ser

para afinar las cuerdas del alma

y sentirnos bien.

 

Y luego volver

para casa

como después 

de un concierto,

los ojos brillantes y

el corazón caliente,

sabiendo que vale la pena

vivir.

 

 

Januar 24th, 2014

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